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Bienvenid@ a mi Blog

Este rincón virtual está dedicado a explorar los entresijos del alma, desentrañamos ideas y compartimos reflexiones que nos invitan a explorar nuestro ser más profundo. Aquí encontrarás un universo de pensamientos, desde los más profundos y reflexivos hasta aquellos que despiertan la imaginación y alimentan el alma, creando un universo de posibilidades para el crecimiento y el descubrimiento personal."

Déjales Crear Su Propio Universo

Levantarse, prepararse para ir al colegio, llegar del colegio, almorzar, cambiarse para ir a patinaje, luego de patinaje empatar con la clase de dibujo, luego llegar a casa, comer algo y conectarse a la clase de inglés, cenar, preparar todo para el día siguiente y acostarse... Este era el horario de mis hijos el día lunes, y cada día tenía su rutina y orden.


Nosotros como adultos, tenemos tantas y tantas cosas pendientes que nos toca estructurar un horario para poder garantizar el cumplimiento de toda nuestras tareas; y muchas veces resulta que el día no nos alcanza. Y no sé si por nuestro afán de que nuestros niños sean organizados y productivos, o porque vivimos tan ocupados que necesitamos que ellos se ocupen para que no nos ocupen, que tratamos de replicar esa misma estructura en ellos. Queremos que aprovechen cada hora del día haciendo algo “de provecho” y los llenamos de actividades extra-curriculares para que desarrollen muchas habilidades y aprenda a no perder el tiempo. Lo que ignoramos es que precisamente en ese ir y venir de actividades y en ese “seguir un horario”, los estamos privando de aprender a manejar su tiempo.


MAMÁAAA… ME ABUUUROOOO!

Estar aburrido, significa que no tenemos algo concreto qué hacer en un momento determinado. Nosotros como padres, queremos evitar que los niños se aburran y es ahí donde caemos en el error de llenarlos con actividades, o si no disponemos de mucho tiempo para llevarlo y acompañarlo a dichas actividades, nos vamos por la solución más fácil: darle un dispositivo electrónico para que “no se aburra”… los niños están tan acostumbrados a que nosotros manejemos su tiempo, y les digamos qué hay para hacer, que si en algún momento dado, ellos están libres, no saben dónde poner ese “aburrimiento” y en qué ocupar ese tiempo libre. Así que acuden a nosotros, como si nosotros fuéramos los únicos que podemos proveerles diversión y entretenimiento.


Los niños deben aprender que en el día también existe el tiempo no estructurado, y es en este tiempo en el que los niños podrán experimentar por sí mismos cómo usar ese tiempo no estructurado del que disponen. De otra manera nunca aprenderán a hacerlo. Y con el fin de hacer algo provechoso durante ese tiempo, los niños tienen la oportunidad de explorar su mundo interno y externo y encontrar eso que realmente los motiva. El aburrimiento suele ser incómodo… pero no es malo; el aburrimiento en realidad, beneficia su desarrollo; es la oportunidad perfecta para potenciar cualidades como la curiosidad, la imaginación… sin normas de por medio. A medida que desarrolla su propio juego, él mismo puede crear sus reglas y sus propias situaciones donde él mismo busca soluciones.


En lo personal, me ocupé en llenar la agenda de mis hijos con las actividades que a ellos les gustan para así poder potenciar “eso” para lo que son buenos y que disfrutaban. Y fue extraño ver que esas cosas que antes les motivaba, ya pasaron a ser una actividad más, una clase más y no mostraban entusiasmo. Por qué? No tenía una explicación y eso realmente me frustró… qué había pasado?


Mis hijos son unos artistas natos… desde siempre aman el dibujo y a mi juicio son muy buenos en ello. Entraron a clases de dibujo (entre otras actividades) y extrañamente ya no parecían disfrutarlo. Antes me gastaban todas las hojas y rayaban todos los cuadernos haciendo sus dibujos, y ya esa parte estaba desapareciendo. Ahora se limitaban a sus clases de dibujo. Y fue donde entendí que no es lo mismo para ellos decir: quiero dibujar! A decir: hoy toca dibujar porque es lunes.


Y con esto no estoy diciendo que las clases extra-curriculares sean malas… solo digo que como papás debemos aprender a escucharlos y equilibrar lo que queremos de nuestros hijos, con lo que ellos necesitan realmente. La clave es que además de buscar actividades que sean de su interés, haya un equilibrio entre el ocio dirigido (esas clases que les gustan), las obligaciones, y ese espacio de tiempo no estructurado donde ellos puedan elegir lo que desean hacer; de lo contrario los vamos a saturar y se van a desmotivar.


Una buena técnica que estamos empezando a desarrollar para aprovechar productivamente esos momentos en que ellos están aburridos, y no acudir corriendo a los diferentes dispositivos electrónicos como única solución para pasar el rato, fue crear un banco de actividades. Tomamos una cajita y allí empezamos a escribir en papelitos, las actividades que disfrutamos hacer en casa: dibujar, cocinar, hacer tarjetas, jugar con bloques, etc... Así cuendo ellos no sepan qué hacer, le dejamos la tarea a la cajita. Tomamos un papelito y listo!

Ya pueden pasar su tiempo libre en su propio universo, bajo sus propias normas y con cada situación que surja y la mejor solución que se les ocurra.

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