Padres Presentes, Emocionalmente Ausentes
- Janah Urrea
- 20 feb 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 oct 2023
El mundo siempre exige de nosotros lo mejor. Quiere que seamos excelentes en cada aspecto de nuestra vida; vivimos apurados por demostrar, por ganarnos el mundo, por ser exitosos… pero estamos olvidando que para el desarrollo de sociedades, se requieren bases que deben forjarse desde el seno familiar.
Para que una persona tenga una formación sólida e integral, intervienen 3 pilares que son de vital importancia: la familia, la escuela y la sociedad; los cuales en conjunto arrojan como producto final, un individuo con determinadas características las cuales fueron formadas primero en el seno familiar, fortalecidas en la escuela y finalmente influenciadas por la sociedad. Es en el seno familiar donde ocurre la obra de la educación y formación de esta persona; pero actualmente estamos tan inmiscuidos en ganarnos el mundo y tener un lugar en él, que lo estamos olvidando, y estamos perdiendo nuestro lugar en nuestros hogares, delegando esta labor formadora a las instituciones educativas. Estamos dejando a nuestros niños al cuidado de terceros para que sean ellos los encargados de brindarle los cuidados básicos que nuestros niños necesitan, dejando a un lado la parte apremiante y formadora del niño: la parte emocional. Y es que para educar a un niño no basta con darle un techo, sustento, alimento, academia. Los niños tienen necesidades emocionales que deben ser satisfechas para que su desarrollo psíquico y neurológico se construya con normalidad. Pero estamos tan ocupados, que no les estamos dedicando el tiempo que ellos necesitan de nosotros… y no hablo tanto del hecho de estar en casa, no basta con eso! Hablo de la calidad de ese tiempo que pasamos con nuestros hijos.
Debemos ser realmente conscientes de la importancia de la calidad del tiempo, ya que en realidad no se necesita tanto tiempo para hacer sentir a nuestros hijos que son importantes para nosotros y que forman parte de nuestra vida. Procura darle tan solo 1 hora al día, en la que tú le des prioridad a tu hijo y que le des exclusividad en tu apretada agenda para que ellos sientan que estas por y para ellos de una forma plena y sincera.
Muchos caemos en el error de pensar que ser “padres presentes” es estar todo el día en la casa. Hoy en día muchos hablan con orgullo diciendo tener la posibilidad de trabajar desde casa y ser padres presentes; pero lo cierto es, que a pesar de ser “padres presentes” emocionalmente están desconectados de sus hijos. Vivimos tan sumergidos en nuestras ocupaciones diarias y desconectados del momento presente, que no llegamos a conectar de verdad con nuestros hijos, ignorando realmente lo que sucede con ellos, conocer sus miedos, sus preocupaciones…sus necesidades. La necesidad de una mirada, de escucha, de cariño. Ignorando que ese estar ausente, ese vacío, puede dejar huellas en nuestros niños; y muy probablemente estos niños se convertirán también en el día de mañana (Di-s no lo quiera) en adolescentes ausentes.
Por eso es imperante recuperar el papel que cumple la familia como creadora de bases de identidad y desarrolladora de la autoestima de nuestros niños; dar cuenta del poder creador y formador que tenemos en nuestras manos como padres, participar activamente en la formación de nuestros hijos y lograr que sus mentes pequeñas y receptivas, puedan establecer valores, y mostrar una disciplina firme y constante, desempeñando nuestro rol de padres con responsabilidad, amor y especial cuidado, ya que como bien dicen:
Comentarios